25 de Abril, 2014.
La suma de valores, en pos
de crear riquezas para todos, porque no es justo el 1%, tenga mas que el 90% Juntos.
J. Osiris Mota
Los empresarios han iniciado una campaña para lograr el cambio de la legislación
laboral con una visión muy atrasada en pleno siglo xxi, al pretender eliminar beneficios
a los obreros y empleados que irán en desmedro de la reducción de pobreza ya
que de por si los salarios nuestros son muy bajos.
Necesariamente ante esta lucha lo correcto es que el Estado se coloque
frente a sus aspiraciones en busca de mejores alternativas para armonizar los interés
de ambos sectores en busca de una solución que cree riqueza que sería el
incremento de la productividad.
Las empresas siempre tienden al incremento de su renta que puede muy bien
lograrse por muchos medios como son la eliminación de la competencia, la
escasez del producto , o la falta de transparencia etc. en sus operaciones ante
el público consumidor, pero estas acciones generalmente no incrementan las riquezas
y el bienestar social, lo que perjudica a largo plazo la estabilidad y la paz.
Dice Joseph E. Stiglitz (El precio de la desigualad), que lo peor de la
crisis financiera del 2008, fue que los banqueros ganaron menos que las
perdidas excesivas de la sociedad, o sea una suma negativa, que es lo mismo que
empobrecer aun mas a los ciudadanos, sin que ningún sector obtenga un beneficio
igual a la perdida de los otros.
La solución al conflicto de los patronos con los obreros no es reducir sus
ya bajos salarios, y menos sus esperanzas de quedar con algo cuando no tengan
fuerza para laborar, la lucha debiera ser por elevar su capacidad productiva,
lo que haría a nuestras empresas más competitivas y racionales, y es cuando
necesitamos la intervención del Estado en procura de que las acciones del
mercado sean la conveniente para todos sin apoyar un grupo en perjuicio del
otro.
Cuando el presidente Medina intervine la explotación de nuestro oro por la minera
Barrick gold, hace una ejercicio de justicia social, ya que el beneficio que la
misma dejaría a la sociedad seria mucho menos que el perjuicio que generaría
hacia el futuro la explotación de nuestras montanas, mientras la empresa acumularía
ganancias que no irían ni siguiera a nuestra economía.
Lo mismo pasa con los generadores eléctricos. No es justo que sigan
endeudando el futuro del país ofreciendo un servicio tan vital con una enorme
deficiencia y un costo tan elevado. El Estado está en la obligación de
intervenir para no seguir endeudando y empobreciendo a los dominicanos.
Pero lo mismo diría con el propio Estado. Que al cobra los impuestos y toma prestamos para
completar el déficit presupuestal debe tener la enorme responsabilidad de que
las acciones e inversiones produzcan las riquezas suficientes para pagar y
mantener el desarrollo social, y un buen ejemplo lo es la inversión en educación
con mira a crear un nuevo dominicano con condiciones mejores, para integrarse
al mercado laboral, además de aumentar su auto valoración y su felicidad.
Asimismo transparentar el gasto público, la inversiones, que las mismas
sean lo más eficientes y efectivas para reducir la enorme brecha social y desigualdad
que padecemos teniendo como un gran ejemplo la reciente inauguración del poblado
de Boca de Cachón, en el sur donde se construyeron más de 500 viviendas y
soluciones con apena $24.5 Millones de dólares que si comparamos el costo mayor
de un parqueo para autos de ricos con dinero del pueblo que no aporta ningún beneficio
ante los perjuicio al fisco que resulta la mala inversión como muchas otras que
hemos hecho a lo largo de nuestra historia política.
Vamos a crear riqueza, no incrementar la rentas de unos pocos en perjuicio
de la sociedad que cada vez tendrá que pagar más impuesto para sostener los déficit
presupuestario de lo contrario la pobreza será ingobernable, y son los que más
tienen los que más van a perder. Busquemos las mejores alternativas que sirvan
para todos.