domingo, 14 de febrero de 2010

LA INDEPENDENCIA. De la Trinitaria a Juan Bosch.




J. Osiris Mota


El 26 de Enero, fecha que conmemoramos el nacimiento de Juan Pablo Duarte, fundador de la trinitaria, estrenamos una nueva Constitución, hecho de importante trascendencia democrática para la Nación Dominicana o Quisqueya.

Una Constitución que nos confiere los derechos y deberes del pueblo. El marco legal fundamental de todas las demás leyes, el ordenamiento jurídico del Estado, o sea de todos los poderes.

Esta nueva constitución fue proclamada frente a todos los poderes que componen el Estado en una asamblea bicameral, que termino con la valoración de la misma por parte del presidente de la república, destacando sus avances en los derechos del individuo, en tiempo de cambios y modernidad.

Nos encontramos en el mes de la patria, y este fue un buen comienzo, que culminara con la celebración el 27 de febrero, el inicio de la Independencia en 1844, resultado de los esfuerzo del movimiento iniciado por la pequeña burguesía que dirigía Juan Pablo Duarte denominada la trinitaria.

El Estado fue fundado en 1844, Tarea que no correspondió a Duarte, Mella ni Sánchez, si no a un grupo de hombres encabezado por Pedro Santana, convirtiéndose luego en su liquidador cuando en marzo del 1861, lo anexa a España. Acciones como estas, le negaron el titulo de patriota.

Ahora bien, según el prof. Juan Bosch el 27 de febrero es cuando se inicia el proceso de fundación del Estado que duro hasta el final del año. Duarte, Mella y Sánchez fueron expulsados en agosto impidiéndole la participación en su culminación.

El hecho de que Santana haya participado en la fundación del Estado y no sea patriota se debe a que primero Patria y Estado son dos cosas diferentes y Santana traiciono, estas condiciones cuando anexa a España la Independencia 18 años después.

A la hora del trabucazo en la puerta de la Misericordia, por Mella, Duarte se encontraba ausente, y es lo que quiero hacer notar. No importa su ausencia en la fundación del Estado como tampoco en la hora del trabucazo, existía la organización de las voluntades de lo que el inicio con la fundación de la trinitaria, que era la fuente de inspiración para seguir por el camino de la independencia.

El Estado y su independencia tuvieron mucho tropiezo, y costo mucha sangre sudor y lagrimas, hasta llegar a tener hoy la oportunidad de estrenar una nueva constitución.

En pleno siglo XX, debimos sufrir la invasión Norteamericana dos veces y con ellas el saqueo de nuestras riquezas y la explotación con acumulación de riqueza de grupos que no han hecho la necesaria inversión que gocemos hoy de mejores condiciones de vida, de salud y educación.

Así como Duarte inicio la independencia sembrando la semilla en los hombres y mujeres que unieron sus sueños y sentimientos en la organización la trinitaria, lo hizo Juan Bosch cuando fundo sus organizaciones siempre con una visión clara y objetiva. El PRD primero frente a la dictadura Trujillista, y luego el PLD para un tramo de la lucha más avanzada por la liberación del atraso de la pobreza y la libertades plenas del hombre.

Aun nos quedan muchas luchas por librar, y muchas cosas por hacer, nos cansaremos, algunos, pero siempre los hombres y las mujeres tendremos motivos, estímulos para impulsar acciones por acercarnos a una sociedad mejor, con mejores equilibrios, donde tengamos más oportunidades y exista mas equidad y justicia para todos.

La vida no se detiene, ni con la muerte, por lo tanto, la lucha es fuente permanente de nuevas ideas y cambios. Hoy y siempre, necesitamos cambiar cosas, y muy a pesar de los sueños de Duarte, y Juan Bosch, tenemos una gran deuda con ellos, que deberemos seguir reduciendo para acercarnos a lo que ellos aspiraron tuviera el pueblo.

domingo, 7 de febrero de 2010

EL AGUA ES VIDA, Haití necesita arboles.



J. Osiris Mota, 7 de Febrero, 2010.

Debemos recuperar el bosque en Haití, pero necesitamos cambiar la cultura de cocer los alimentos con carbón natural, por lo que Haití deberá sustituirlo por estufa, si queremos tener agua en el futuro.

Haití esta desolada, ante lo estaba también, y es lo que más se parece a un desierto, solo que este luce repleto de seres humanos pobres hasta el espíritu, y como vecinos, todos sus males nos afectan, agudizado por la falta de orden, equilibrio e institucionalidad, sin esperanza como su tierra, donde no florece la primavera.

Nos preocupa su desgracia, que se ve peor cuando contemplamos la desnudez de sus montañas, las gargantas secas de sus ríos, y el reverberar del sol sobre el camino sin sombra cubierto de polvo inerte y convaleciente.

Haití necesita agua, mucha agua, tal vez más que la reconstrucción de sus destartaladas viviendas y edificios públicos. Y como el agua es vida, y donde no hay árboles no hay agua, una simple ecuación de lógica. Haití necesita plantar árboles y a Rep. Dominicana le convendría más que cualquier cosa, por lo que debemos ayudar a reforestar las montañas de Haití.

El Art. 15 de nuestra nueva constitución dice: El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso esencial para la vida. El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso. El Estado promoverá la elaboración e implementación de políticas efectivas para la protección de los recursos hídricos de la Nación.

Como somos una isla indivisible, que compartimos el mismo régimen pluvial, el mismo ecosistema, es mandatorio constitucionalmente, ayudar Haití a recuperar sus bosques, lo más rápido posible. Y con ello ir eliminando las causas por las cuales los haitianos depredan sus bosques y los nuestros cuando tienen la mínima oportunidad de hacerlo.

Con la ocurrencia del Terremoto del 12 de enero, los haitianos se verán más necesitados de recurrir a la tala de árboles para obtener combustible, al salir en avalancha hacia sus ciudades y campos. Y una buena parte que vendrá buscando refugio y sustentos a nuestro territorio, lo que es entendible, frente a su desgracia.


Haití necesita un cambio de cultura culinaria, y ahora es el mejor momento de impulsarlo, con el otorgamiento de estufas de gas como sustitución de carbón natural, lo que le facilitaría la situación con las donaciones de alimentos crudos, ya que no se podrá mantener por mucho tiempo, ni por mucha cantidad, las donaciones de alimentos cocidos.

Convendría instalar grandes viveros en todo el territorio de Haití de arboles, específicamente frutales. Y en nuestras fronteras la siembra de cocoteros y palmas, las cuales al no poder ser utilizada para carbón, no son amenazadas como los demás arboles.

Invertir en la reforestación de Haití, es proteger nuestros bosques, que tendrán la presión de la falta de solución para los haitianos, por lo que debemos presionar para que parte de la ayuda que recibirán los hermanos haitiano, se dedique a recuperar el bosque, y poder producir el agua que necesitan. Y no es una tarea del otro mundo, es tener sentido común, y visión mas allá de nuestras narices. El agua es vida, por lo que sin bosque no hay futuro.