J. Osiris Mota
1ero. de Enero, 2012
Nada es mejor, como iniciar nuestras tareas, nuestra responsabilidad. con una actitud positiva y proactiva en busca de seguir buscando construir un entorno mejor, que nos sirva para realizar nuestros objetivos, que deberán servir de encadenamiento para que juntos hagamos un país mejor para todos, porque solo cuando trabajamos por una meta en común, logramos llegar mas rápido y sin mayores sacrificios a construir la sociedad que queremos.
El papa del mundo católico ha pedido a sus feligreses volver al humanismo, a la cultura del compromiso, a educar a nuestros jóvenes con valores, para no separarnos de la ideología cristiana, a la que las ansias de riquezas y poder, está alejando a muchos de nuestros líderes que influencian las comunidades que se desgarran en pobreza y delincuencia, que intranquiliza la paz de todos.
No podemos levantarnos cada mañana sin saber cuales serán nuestros objetivos del día, ello nos disgrega y nos agobia, haciéndonos presa del stress que daña nuestra salud, quitándonos eficiencia y capacidad para crear nuestras pequeños logros que harán las grandes diferencias entre la pobreza y el desarrollo y el bienestar de nuestra familia.
Cada día debe comenzar con el fin en mente, de las acciones que debemos realizar, lo que nos garantizara mas efectividad y menos esfuerzo, lo que significara grandes ahorros para otras no menos importantes tareas, haciéndonos mas eficiente y satisfecho de los logros, que nos irán haciendo cada vez más un ciudadano valorado y respetado por los demás.
No debemos disgregarnos en acciones y actividades que no nos agreguen valor, por ello debemos ir en pos de las cosas más importantes. Y saber identificar en cada momento lo que debemos hacer primero, eso nos dará una visión clara y precisa, que nos irá haciendo más experimentado y motivado a emprender la próxima tarea importante, ya que las pequeñas y dependientes, irán quedando resueltas.
Y para terminar con broche de oro, debemos ser transparente, comprensivo y humano, basándonos siempre en nuestros principios de vida, que enriquecerán el capital social de nuestras comunidades, para una convivencia más progresista, feliz y pacífica.
