miércoles, 29 de abril de 2009

El Nuevo camino se nos llena de obstaculos


El nuevo camino se nos llena de obstáculos.
2009-04-27 perspectivaciudadana.com j.osiris mota

Estamos entretenidos con la reforma de la constitución o la nueva constitución. Pero los problemas, que en su mayoría no ocupan espacios en los periódicos, siguen mortificando la vida de los dominicanos. Sin la esperanza, que este ejercicio, que llevan a cabo los asambleístas, tenga la fuerza de cambiar positivamente la visión que tenemos del país.

Hoy pareciera que no tenemos reglas para regular la vida diaria de la ciudadanía, el caos y la falta de institucionalidad se come la cordura y el sentido común de la vida cotidiana. Nadie se siente obligado a cumplir con las más mínimas reglas, si ello le puede beneficiar a corto plazo. Y sobre todo, si el castigo es menor al beneficio que obtengan y la impunidad da oportunidad a alguna sanción.

Estamos abriendo las puertas al colapso total, donde la nación no tenga ninguna posibilidad de levantarse y caminar sin que el sacrificio que paguemos sea muy oneroso en vidas y bienes.

Son muchos los ejemplos que nos obstaculizan el camino a superar los males sociales y de pobreza. Veamos:1ero. Al parecer, el director de la orquesta se ausentó, y los músicos quedaron con partituras diferentes que tocan a su antojo, sin que los sonidos tengan armonía, saliendo mucho ruido, que daña la imagen de la orquesta y el servicio a la colectividad. No estamos siguiendo planes.

2do. La gula está ganándole el terreno del infierno a muchos funcionarios, pues se olvidan que fueron elegidos y escogidos para cumplir mandatos que van en el sentido de buscar soluciones a los males de la comunidad y no a dilapidar los recursos de todos en beneficio propio.

Necesariamente, esto trae consigo que si cada quien cumple con objetivos diferentes no tengamos liderazgo y mucho menos institucionalidad, de donde se desprende la falta de autoridad que debieran tener nuestras autoridades nacionales y locales.

Las ciudades se arrabalizan, sobre todo las zonas turísticas, de las que depende buena parte de nuestros ingresos en divisas y futuro, con el agravante de que se llenan de haitianos ilegales, que ya comienzan a incidir en la delincuencia junto con los dominicanos.

Nuestras calles son un laberinto de obstáculos, haciéndolas intransitables y donde cualquiera ocupa los espacios públicos. Transitan en vía contraria, sin placa, sin luces, y a veces sin frenos, llevándose los semáforos, sin disciplina al conducir, por lo que los accidentes de tránsito son la mayor epidemia causante de muertes y lesionados del país, sin que esto mueva a nadie, a ejercer la autoridad, y menos a buscar soluciones, que no sea crear cada vez una burocracia más ineficiente y cara.

Pero, para angustiarnos un poco más, revisemos los servicios públicos, para los cuales una buena parte de los ciudadanos pagamos muchos impuestos. Agua potable: necesariamente para tenerla disponible, debemos construir cisternas, y no confiamos en su calidad, por lo que debemos adquirirla para el consumo humano.

Energía eléctrica: deficiente y cara, pero aún debemos tener una planta eléctrica e inversores.
Seguridad Pública: cada vez más deficiente y corrompida, por lo que debemos tener seguridad privada, si podemos.

Escuela Pública: entre las peores del continente, por lo que si queremos una mejor educación para nuestros hijos debemos recurrir a los colegios, cuyas tarifas son muy elevadas.

El transporte público: malo, inseguro, indisciplinado, etcétera. Por lo que se hace necesario el sacrificio de tener un vehículo para librarnos del maleficio.

Razones le están sobrando a las comunidades para ejercer el sagrado derecho a la protesta, y antes que satanizarlas, debemos dar gracias porque con ello se liberan las energías telúricas de lo que podría ser una peor explosión que rompa el equilibrio de la razón y no queden voces para los oídos desparramados en la pasión del caos. ¿Quién se anima a escuchar?, ¿Quién remueve los obstáculos del camino antes de que tropecemos?
Santo Domingo, 26 de abril de 2009

1 comentario:

  1. Osiris;
    Podemos ver que cada gobierno supera al anterior, no importa lo malo que se haga, nuestro sistema político está tan bien estructurado, que el próximo termina superándolo. Lo malo es que lo que superamos es lo malo. Hasta pagamos más impuestos, o sea que habría más dinero para hacer cosas buenas, pero no es ese el objetivo. Endeudamos más al país, pero no se ve la mejoría. Tenemos un Metro para el progreso, pero nos cuesta 2 millones al día y ni siquiera solucionó el problema de tránsito de la Máximo Gómez.
    Lo peor es que para llegar a los cargos electivos hay que gastar tanto dinero, que nadie está dispuesto a hacerlo sin pensar en lo que necesita sacar más tarde... ese es el gran problema, el punto neurálgico.
    Y luego llegan los que le dieron a los políticos, los que necesitan favores y ahora hasta indultos. Los que con cargos asignados son capaces de llevarse la institución para su casa o meter su casa en ella... y el presidente no los procesa, todo lo contrario, para la acción en la justicia a través del ministerio público.
    ¿Será que Danilo puede contra esa maquinaria? No sé si será la última esperanza de tu partido, o del país, pero un día necesitamos ver una esperanza y hoy es difícil diferenciarla.
    Diego A. Sosa

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