J. Osiris Mota | perspectivaciudadana.com | 21-12-2009
Doña Mechi Sabater de Macarrulla, legendaria peledeísta miembro del C.C. del PLD, aprovechó un acto de premiación para decir frente al presidente de la República Leonel Fernández, además presidente de su partido, que aspiraba a que la organización volviera a retomar los principios del boschismo afectado seriamente por la apertura que se asumió sin regla ni control más que por el interés de retomar el poder por el poder.
La combativa peledeísta de tantos años hizo de vocera de miles y tal vez cientos de miles de peledeístas que no tienen ni el valor ni la oportunidad de molestar los oídos de la dirección máxima del partido con solicitudes disonantes al poder partidario.
El partido ha sufrido grandes crisis en el correr de su existencia. Tuvo la crisis política ideológica de los 70s con los Fiallos y luego le sobrevino la crisis de metodología que terminó con la salida de Rafael Alburquerque, entre otras muchas que no pasaron de conatos, gracias al gran liderazgo de Juan Bosch con sus grandes dotes de organizador.
Hoy nadie puede negar que el PLD está ante una crisis moral, que sacude a la organización en toda su estructura, y que pone en riesgo lo que preocupa a doña Mechi y a una buena parte de la militancia peledeista, como son los enunciados principales del partido que fueron completar la obra de Juan Pablo Duarte y alcanzar la liberación, cumpliendo con un hermoso lema de servir al partido para servir al pueblo, que aún se repite hoy en día como papagayos.
En realidad, la sociedad entera está afectada hoy por una crisis moral, que nos empuja a todos al abismo, pero son sus organizaciones políticas, sus líderes, los llamados a sacrificarse, a esforzarse por enderezar el rumbo.
Los militantes comprometidos con los principios que originaron este hermoso proyecto, deben despertar de su letargo. No esperar acontecimientos extraños y adversos al desarrollo natural de las contradicciones históricas.
De las entrañas del partido debe nacer su reivindicación y empujar a la Dirección a tomar las medidas necesarias para un partido que contribuya y se integre al trabajo positivo por el desarrollo, a la crítica constructiva y al fortalecimiento de la institucionalidad del partido y del gobierno.
Mantener el poder para que unos cuantos se hagan ricos y destruyan la moral del partido burlando los esfuerzos de todos y principalmente, pisoteando los ideales de Juan Bosch, no tiene sentido.
Santo Domingo, 21 de diciembre de 2009
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