sábado, 15 de agosto de 2009

REINGENIERIA DE LA ESPERANZA

J. Osiris Mota perspectivaciudadana.com 13-08-2009

Concibo la actividad política como un servicio a la colectividad, un sacerdocio que se practica con vocación, y aunque tenemos en números mayores, servidores del Estado, que cumplen con sus deberes religiosa y decentemente, son los actos corrompidos de la minoría, que dilapida los escasos recursos de un presupuesto escaso, lo que viene dañando la imagen de todos.

Asimismo, aunque la sociedad de por si, tiene un gran componente de inconducta en sus procedimientos, son las acciones de los políticos las que se someten al escrutinio público, y a la lucha constante de los contrarios, lo que se reseña en grandes titulares, alimentando el morbo caribeño.

Los periódicos no reseñan en grandes titulares, las acciones correctas de muchos hombres y mujeres que llenan de honores su vida, y debieran, para motivar los sentimientos de nuestros jóvenes, futuros líderes y ciudadanos de calidad que necesitaremos para romper los vicios que corrompen esta sociedad.

Necesitamos acciones valientes, necesitamos con urgencia que nuestros líderes asuman con valentía su papel de reformadores, porque se está haciendo tarde y en la historia quedaran o quedaremos como inútiles responsables del empobrecimiento de nuestra población en todos los sentidos, por romper los sueños de liberación de una generación.

Últimamente la gente esta muy ansiosa, en cada conversación, no queda fuera el tema de la corrupción y ello viene porque económicamente la situación está empeorando, y cuando la economía va mal, todos los males se notan, y la sensibilidad del público es mayor y es al gobierno a quien los ciudadanos le pegan los cables.

No creo que éste sea el gobierno corrupto que nos quieren hacer creer. Es cierto que se han destacado algunas inconductas en los últimos meses, pero no todos nuestros funcionarios son tulpenes que se burlan de la pobreza del pueblo, y como el lector sabe, los actos deshonestos pesan más en la mochila del gobierno que las acciones positivas.

Esta situación obliga que a un año del nuevo periodo, el presidente de la República tenga un fardo pesado en sus hombros y así como los logros del gobierno serán suyos, por que nada hacen los funcionarios que no sean por sus órdenes,los yerros también harán mas pesada su carga, y lento los pasos del progreso.

Nuestro presidente debe poner los oídos en el corazón de la gente, pero de aquellos que no tienen contratos, de los que no tienen esperanza de seguir o estar en las nóminas del gobierno. Tal vez una mirada sincera a nuestros barrios y campos podría ayudarnos a cambiar el rumbo de la administración, donde los funcionarios armonicen mejor sus acciones con los intereses del pueblo.

Esta democracia nos está saliendo muy cara y todo el que paga un servicio caro, espera recibir lo mejor y/o un producto bueno, rentable y por demás duradero. El gobierno del presidente Fernández tiene la necesidad de mejorar su rendimiento, prenda única que podrán mostrar los peledeistas, para mantenerse en el poder, cumpliendo con el compromiso histórico con el pueblo, que hiciéramos.

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