Hace 100 años nació Juan Bosch, y todos recordamos con agrado, con orgullo y con tristeza, a este ser humano inmenso con quien tuvimos el gran honor de compartir la dominicanidad y también la época y sus afanes por una nación libre que ofreciera oportunidades para todos y todas.
Tuvimos la oportunidad de conocerlo inmerso en la tarea de crear, de formar hombres y mujeres que sirvieran para servir, para la democracia, para la felicidad.
Siempre incansable y contestatario, siempre atento y dispuesto a luchar por los pueblos latinoamericanos.
Hoy 30 de junio todos celebran el centenario de su nacimiento, incluso sus detractores. Y que bueno que inclinen su cabeza y cierren sus ojos ante esa luz cegadora de dignidad y trabajo. Ojalá comiencen a imitar su conducta.
¡Que su ejemplo y labor no haya sido en vano! ¡Grandes sean los 100 años, suficientes para no olvidar!
Santo Domingo, 30 de junio de 2009
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