sábado, 25 de julio de 2009

CADA VEZ MENOS SEGUROS

Sentido común, El menos común, de los sentidos.

Por: J. Osiris Mota

Los habitantes del mundo tenemos razones para preocuparnos por el medio ambiente, ya que no hemos tenido conciencia de la gravedad que es abusar de los recursos naturales del planeta, como lo hemos venido haciendo por siglos.


El crecimiento impresionante de la población y lo que demanda, en los últimos años, ha acelerado el deterioro del medio ambiente, lo que hace cada vez más catastróficos los fenómenos atmosféricos que se repiten con más frecuencia en los últimos años. Si no ponemos remedio a la alocada carrera contra los recursos naturales el mundo será peor cada día.

CATASTROFES Y PÉRDIDAS HUMANAS

Con una simple mirada que hagamos a las estadísticas, nos damos cuenta de la realidad y la tendencia, recordando que fuera de temporada ciclónica, en diciembre de 2007, nos afectaron fuertemente las tormentas Noel y Olga, de 32 que se formaron; 17 se convirtieron en ciclones, 6 en huracanes de los cuales 2 fueron muy fuertes. Las pérdidas globales estuvieron por encima de los 3 billones de dólares.


En 2008 las pérdidas catastróficas globales ascendieron a $41 billones, tuvimos 16 tormentas de las cuales 8 se convirtieron en huracanes, siendo los más fuertes Bertha e Ike, los que provocaron más de 800 muertos en la vecina Republica de Haití. Como verán, los países ricos ponen las pérdidas en dólares y los pobres en seres humanos. No olviden Catrina y Wilman en Estados Unidos.

Cada vez las probabilidades de pérdidas, tanto humanas como materiales, son mayores, producto de la concentración de los centros comerciales industriales y de poblaciones, que en los países pobres son tan vulnerables como un palomar en la copa de un árbol.


MERCADO ASEGURADOR

No sólo la naturaleza o actos de Dios, son los que castigan con dureza en los últimos años al mercado asegurador, como castigo divino de nuestros pecados, también tenemos que los intereses por controlar las fuentes de energía, materia primas, y otras fuentes de riquezas, van generando mayor discriminación y conflictos en el mundo, lo que lo va desordenando y creando choques que también dejan a su paso muerte y destrucción, que ponen en rojo los beneficios de los reaseguradores.


No podemos dejar de mencionar las pandemias que amenazan la humanidad, como lo es el SIDA y ahora la gripe H1N1, que van sumando dificultades también a los números del mercado, porque aunque se tengan exclusiones bien claras, como el terrorismo, después del periodo de indisputabilidad, la cobertura es efectiva.

Estas razones son suficientes para que se estén reduciendo los capitales que se invierten en la industria del reaseguro, que va teniendo un efecto negativo sobre los asegurados, ya que son menos las alternativas que se van teniendo para competir por mejores precios y servicios. Sólo tenemos que ver la cantidad de reaseguradores que acudían año tras años en busca de oportunidades, la cuales sumaban cientos, y hoy decenas.


¿Que estamos haciendo para mejorar esta situación?

Que yo sepa, nada. Si alguien conoces de buenos planes para revertir el daño que le hemos causado al sistema, pues vamos a difundirlo para que la sinergia necesaria pueda impulsar las grandes ideas, se haga eco de tales iniciativas.

Ahora bien, pienso que la industria del seguro, por conveniencia económica y por amor a la vida, debe iniciar un proceso de adecuación sobre las condiciones y características de asegurabilidad de los bienes de las diferentes empresas dependiendo de sus operaciones.

Debiéramos irnos inventando un código de ética en la industria para crear conciencia sobre las empresas y personas para proteger el ecosistema y que las que hagan daños y o fomenten la degradación del medio, no deben obtener seguros bajo ninguna circunstancias, y que las primas tengan cargos, dependiendo del grado de daño que hagan al medio ambiente.

Pero tenemos grandes empresas con las que la vida de hoy no puede subsistir por los daños que causan. Estas deben tener primas altas que compensen los daños causado al sistema ecológico.

Esto además de los frutos que estoy seguro puede comenzar a dar, iría creando buena información y publicidad. Esto nos pondrá en el camino de asumir conciencia de la importancia de la preservación del medio ambiente, su fauna, sus fuentes hidrológicas y sus bosques.

Tenemos un compromiso moral con las generaciones futuras. El mundo no es nuestro, es de los que se fueron, de los que lo habitamos hoy y los que mañana estarán, y el compromiso debe ser dejarle espacio para que la vida discurra con calidad, con recursos naturales que requiere la vida en armonía con el hábitat, y la industria del seguro es la mas comprometida con esta responsabilidad.

J. Osiris Mota

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