
J. Osiris Mota
12 de Diciembre, 2010.
El Estado, con mayúscula, según Juan Bosch, tiene el monopolio de la violencia organizada a través de las fuerzas armadas, la policía nacional y la burocracia administrativa, al servicio de la clase gobernante dentro del marco de la democracia que sufrimos de un sistema de producción capitalista que no ha logrado salir de un estado de poco desarrollo. Muchos de nuestros políticos, no tienen este concepto bien claro.
Cuando escuchamos al ministro de lo Interior y policía Franklin Almeyda decir que si el jefe de la policía le retira las escoltas a los funcionarios , empresarios y generales y otros que tienen más de la mitad de la fuerza a sus servicios, volaría del cargo, porque obligarían al presidente a destituirlo, me está confirmando que el no está ejerciendo con propiedad su papel de ministro y que no estamos frente a un Estado ya que no tiene el control de la fuerza que lo legitiman, de acuerdo a las aseveraciones del Ilustre pensador político Juan Bosch.
El Estado no está garantizando a todos los dominicanos la tranquilidad, paz y seguridad para desarrollar sus actividades, ya que la ínfima, pero muy pequeña cantidad de dominicanos privilegiados tienen más del 50% de las fuerzas, en actividades domesticas bajos sus ordenes, la cual pagamos con nuestros impuestos, mientras que Diez millones tenemos que depender de lo que puedan hacer la otra mitad sin entrenamiento y mal pagados, o sea, que ni el jefe de la policía y menos el Ministro, tienen bajo su control la totalidad de las fuerzas.
El mismo periódico donde sale la información del Ministro, trae una foto de un destacamento de Restauración, Dajabon, en condiciones deplorables donde sería imposible garantizar el mínimo servicio a la comunidad, por bueno que sean sus policías, que sabemos todos de sus deficiencias. Pero en iguales condiciones encontramos la mayoría de los destacamentos de los municipios, parajes y secciones del país, con policías mendigos ya que para hacer cualquier servicio piden peaje, gasolina, transportes etc. para al final dar un mal servicio.
Aquí se roban propiedades del Estado, tan visible como las luces y estructuras del puente Juan Bosch, y las estructuras metálicas del puente nuevo de San Pedro de Macoris sin que la policía no lo impida ni tome preso a nadie, por delito tan grave como conspirar contra la seguridad de la gente y el robo de bienes del Estado. Pero peor aun sucede contra los pobres campesinos ganaderos y productores que no duermen tranquilos porque les roban sus animales y su producción en todo el país, llevándolos a la quiebra ante la mirada cómplice de los policías.
El Estado Dominicano tiene que ponerse las pilas, porque no está jugando su papel en ninguno de los poderes. El congreso hace leyes para guardar o violar, ¿entonces de que nos sirve?, no justificando el costo para un país tan pobre. Y que podemos decir de la justicia que no acaba de madurar, y cuando no tenemos buenas decisiones las tardanzas en los procesos, contaminan la calidad y la imparcialidad que los pobres no pueden pagar. Por lo tanto, El Estado está fallando en sus responsabilidades, y bien vendría de nuestros políticos un análisis profundo de la situación, porque podríamos caer en lo que se denomina Estado fallido, que aún estamos a tiempo de evitar.
Al ministro de lo interior le PROPONGO que disponga mediante resolución, o someta al congreso, que quien quiera escolta policial, deba pagarla, y con los ahorros incrementar el salario de los policías que realmente exponen sus vidas en el servicio a la comunidad, además de contratar nuevos policías con preparación y mejor paga, hasta que tengamos el valor de reformar el sistema policial.
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