J. Osiris Mota 19 de Mayo, 2010
La unidad que exhibió el PLD en estas elecciones (y las del 2008), es producto de la madure política que ha puesto los intereses partidarios por encima de los intereses de grupos. Más o menos fueron las palabras del dirigente peledeista y candidato a la presidencia Danilo Medina cuando acudió a ejercer su derecho al voto.
Estaba plenamente seguro que el PLD ganaría más de 28 senadurías en las elecciones del domingo pasado, donde la organización obtuvo una abrumadora victoria.
La coerción que mantiene la dirección del partido sobre su militancia, hacen de esta una organización fuerte y monolítica, que logra la unidad de propósito, con mejores resultados que su rival PRD, quien no ha podido coincidir en un árbitro o líder desde la muerte de Peña Gómez. Del PRSC, no vale la pena hablar.
Y como ha dicho Pina Toribio, miembro del poderoso Comité Político del PLD, esta mayoría la van a usar con prudencia y humildad, no para modificar la constitución y reelegir al presidente Fernández, ni para mantener el barrilito, o exonerarse beneficios. Y no tengo porque dudar de sus buenas intenciones.
La dirección política tiene una gran responsabilidad ante la ciudadanía que muestra cada vez mayor antipatía sobre los procesos políticos, ya que estos se han convertido en un mercado donde se compran y se venden las oportunidades de acceso al presupuesto nacional.
El PLD ha logrado una gran hazaña, solo repetible en gobiernos de fuerza, al teñir el mapa político completamente de morado, circunstancia que lo coloca ante una gran responsabilidad, particularmente al presidente Fernández, ante una sociedad con grandes necesidades sin resolver, vicios y debilidades en su estructura social que demandan cambios urgentes.
La dirección política del PLD, está en la obligación de cambiar el rumbo, ya que no tienen obstáculo a quien culpar, para usar todos los recursos del poder para reducir la pobreza, el analfabetismo y la delincuencia comenzando con ponerle un alto a la corrupción administrativa que esta desacreditando la clase política, y mantiene un dispendio que degrada las condiciones humanas.
El presidente Fernández ha tenido la capacidad leonina de vencer en todos los escenarios , por lo que no nos cabe duda, que como presidente del PLD y del País, hará los cambios necesarios para acelerar el ritmo del desarrollo que logre disminuir la deuda social, que tenemos para con este pueblo. Así como venció, vencerá. Eso espero.
Dos años quedan de mandato al periodo de gobierno, y seis al congreso morado; tiempo suficiente para meterle un cambio al progreso, para que logre tocar al mayor número de dominicanos, de tal manera que ganen el favor de mantenerse en el gobierno. Pero los dirigentes comprometidos, deben ejercer más presión sobre los obstáculos que impone la corrupción dentro de las direcciones políticas.
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