domingo, 10 de mayo de 2009

LAS VIAS DEL CAOS, sin deberes, sin derechos.


Los dominicanos, nos hemos vuelto prepotente, arrogante y desconsiderado, en la misma proporción que nos han faltado las instituciones con autoridad.

Solo tenemos que observarnos, para percatarnos de la inconducta que asumimos en las calles y carreteras, desconociendo los derechos de los demás y de las reglas de convivencia, lo que origina tanta violencia.

Mire no mas que somos un país con muchas necesidades y exclusiones, y nuestras principales avenidas del país, están abarrotadas de lujosos vehículos. Aunque no tengamos para pagar la prima del seguro full. Y sobre el particular es notorio, que nos gustan los vehículos grande, como los todos terrenos, mejor conocido como JEEPETAS, aunque no tengamos donde parquearlos, y tengamos que usar y dañar los espacios público, abusando de la ciudadanía.

Mas fácil no hemos endeudado para comprar una jeepeta, que una casa, o la matrícula universitaria de los muchachos, por estar lujiando y llenándoles los ojos, a los demás mortales.
Pero no se queda allí, fíjese el comportamiento de nuestros servidores público. Solo hacen llegar a una posición, donde deben servir con recursos escasos, a una población llena de necesidades, y lo único que piensan, es comprarse un vehículo vistoso, caro y grande. Y para variar, remodelar la oficina que le dejo el inquilino anterior, con nuestros impuestos.

Los ingenieros, cuando consiguen una obra del gobierno, con el primer avance, se compran una jeepeta, y como generalmente las obras no fueron por concurso, sino por las relaciones o por las comisiones, cuando aparezca el otro avance, comienzan las inversiones de una obra que costara siempre, una suma mayor, de su valor real.

Y si observamos el manejo de nuestros ciudadanos, es donde realmente asumen una posición de prepotencia, y arrogancia atropellante. Donde no existen leyes ni códigos, por lo que las aseguradoras deben cobrar prima mayores, al tener una de la siniestralidad y la mortalidad mayores del hemisferio.

Los motoristas no tienen régimen, y compiten en quien haga más ruido y viole más semáforos. Además de que son un buen vehículo para delinquir, perder el equilibrio, y hasta morir.

Ahora, observemos los autobuses de transporte público. Lo primero es que le colocan una defensa mortal, para no respetar carriles, derechos de vía, semáforos etc. Etc. Además del peor lenguaje callejero, para insultar a todo el que recrimine su conducta.

Donde único no contamos con prepotencia, es en las instituciones, para hacer cumplir las leyes y disposiciones, porque sus prepotentes jefes, están corrompido, y no asumen con autoridad sus responsabilidades, y la ciudadanía, tampoco sabe exigir sus derechos, porque no cumple con sus deberes.

J. Osiris Mota
10 Mayo 09

1 comentario:

  1. Osiris:
    Es muy dura la realidad de nuestras vías. Lo peor es que los pueblos demuestran cómo son en su tránsito.
    El atropello y la arrogancia es simplemente un reflejo de lo que somos hoy como sociedad y lo expresas muy bien en tu escrito.
    El orden en el tránsito no lo pone nadie ya que tenemos una policía única en el mundo, un invento con buenas intenciones, pero plagado de gente que no es competente y sí arrogante.
    Los de AMET se creen que saben de tránsito y se han inventado un sistema único de dirigir el tránsito. Policías debajo de los semáforos funcionando, ¿Dónde se ha visto eso? y está demostrado que no funciona. Las multas que ponen son por cinturón o celular, pero no por el desorden del tránsito que causan los vehículos de transporte púiblico. No hay orden ni nadie que lo ponga. Tenemos oficinas de tránsito, de oredenamiento del tránsito, policía nacional y hasta AMET, pero cada día está peor. Lo que ralmente no tenemos en un verdadero presidente!!! Y no pido mano dura, sólo pido que se aplique la ley, tanto para el rico, como para el pobre y para el mal llamado padre de familia.

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