J. Osiris Mota | perspectivaciudadana.com | 09-08-2010
Los dominicanos gozamos de libertad y una buena parte de mucho consumo, por lo que ninguno de nuestros lectores se pueden imaginar que los responsables de la RESTAURACION, la segunda independencia, el 16 de Agosto de 1863, la encabezaron hombres y mujeres con tanta miseria, que no tenían más que harapos, armas rudimentarias, y descalzos para combatir un ejército tan experimentado como el español.
Esta epopeya se produce ante la decisión de Pedro Santana buscar el protectorado Español y anexándole la naciente república, que había logrado su independencia de los Haitianos el 27 de febrero de 1844, lo que produce en todo el país, movimientos sociales contra esta medida, encabezada por campesinos y por la pequeña burguesía como la definía Don Juan Bosch, básicamente por las capas más pobres ya que no tenían a Pedro Santana, el hatero, como su representante.
Como lo que predomina hoy es el consumo, y nuestras economías giran alrededor de la producción y servicios, quiero hacer notar esa circunstancia, Donde nuestros hombres y mujeres que encabezaron la guerra de liberación que a la vez fue una guerra social, ya que muchos veían en las acciones heroicas la única forma de ascenso social. Donde tenemos hombres como Gaspar Polanco, analfabeto de Guayubin, que llego a ser General tan importante que decidió el rumbo de la Restauración, con el incendio de Santiago, donde se habían refugiado los soldados españoles.
Nuestros hijos gozan hoy de los inventos más extraordinarios de la comunicación y los medios de transportes etc. Pero nuestros restauradores tenían que montar sus caballos, único medio de transporte, al pelo, o con aparejos hechos de hojas secas de plátanos amarrada con cáñamo y machete en mano y a veces algunos fusiles, con lo que combatieron al bravo ejército español. En un país que aun no contaba con carreteras ni puentes, por lo que ustedes pueden imaginarse que tampoco contaba con producción manufacturera, más que de los escasos productos agrícola de subsistencia.
Con la intervención Española, y ante el descredito del papel moneda que circulaba, se decidió el canje por monedas Española, prohibiéndose la circulación de la nacional, pero el canje degenero en un caos y en acciones de especulación y fraude, ya que los tenedores de los papeles, para poder hacerlo debieron cambiar sus papeles hasta con un 80% de pérdida. Estos hechos produjeron muchas dificultades como desabastecimientos, lo que empeoraba la situación de pobreza de la población, y movilizaba los sentimientos anti anexionista.
Pues bien, lo que quiero destacar es, que la pobreza, la falta de recursos y de preparación de nuestros soldados, no fueron razones para dejar de emprender la hermosa tarea de restaurar la nación una nueva vez, con un esfuerzo colectivo, gigantesco y heroico, que escribieron unas de las páginas más hermosas de nuestra historia, que todos los dominicanos debiéramos conocer y emular, porque si hoy tenemos un poco de libertad y esperanza de avanzar por un mundo mejor, es producto de aquellos que dieron su vida y esfuerzo porque tuviéramos la sociedad que tenemos y disfrutamos con sus errores y vicios.
Cada época tiene sus afanes, hoy no tenemos las razones que tuvieron nuestros antepasados, pero tenemos otras realidades tan crudas y difíciles que nos obligan a ponernos en atención y que debemos empoderarnos y armarnos de valor para enfrentar, ya no con un machete y a lomo de un caballo, pero siempre con la determinación y el valor de ellos, a lo que estamos obligados para dejar a nuestros hijos, algo de lo que puedan sentirse orgullosos de nosotros.
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