PD>Este cuento, no pulido aun, ni recuerdo cuando lo escribí, estaba en pos-operatorio de Cáncer Próstata.
New Jersey. 1ero.
Junio 2006.
Auxilio¡¡¡
Dos lagrimas tan cristalina que apenas se
notaban, le corrieron por las mejillas reflejando una ternura mezclada de
ignorancia, atormentada y confundida sin ninguna noción de su alma, esta la
niña Filomena. NO tenia que emitir ningún Sonido, en su cara estaba toda la
expresión de dolor, que el drama imponia.
El ambiente estaba invadido de una angustia
tal que no quedo un solo rostro, que no se llenara de lagrimas, ni un corazón
que no se desgranara en dolor por la triste causa de la mujer, que aun sin un
aliento de vida en su cuerpo, abrazaba a la pequeña y frágil criatura a la cual
ofrendo su vida para dejar desamparada de su amor.
Nadie supo que paso, solo quedaban en el
pavimento, el zizaguente rastro del vehículo pero aun, nadie sabe que hacer, ni
tenían las condiciones para impulsar una acción, y con su dolor, fueron
desapareciendo para no sentirse comprometido, mas allá del dolor que podían
sentir por el drama, dejando colgada al abandono, y un desamparo tan descomunal
como un desierto con olas incandescentes
y mortales.
No hubo compasión en un solo embelesado
parroquiano que hicieron ronda, y aun herido de dolor ajeno, se fueron para no
quedar invalido del cuadro desgarrador
que en medio de la calle se perpetuaba en el pavimento.
Paso el tiempo, y solo el rumor y alboroto,
alerto a la policía. Cuando pudo llegar ayuda, por encargo municipal, ya la madre que habia muerto, no pudo sentir
los últimos suspiros y dolor de su Filomena.
La ruidosa ciudad, estaba enferma de soledad
y la niña, muy tierna para pedir auxilio, y muy grande su desamparo para herir
el corazón de la ciudad ausente.
JOM
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