domingo, 7 de febrero de 2010

EL AGUA ES VIDA, Haití necesita arboles.



J. Osiris Mota, 7 de Febrero, 2010.

Debemos recuperar el bosque en Haití, pero necesitamos cambiar la cultura de cocer los alimentos con carbón natural, por lo que Haití deberá sustituirlo por estufa, si queremos tener agua en el futuro.

Haití esta desolada, ante lo estaba también, y es lo que más se parece a un desierto, solo que este luce repleto de seres humanos pobres hasta el espíritu, y como vecinos, todos sus males nos afectan, agudizado por la falta de orden, equilibrio e institucionalidad, sin esperanza como su tierra, donde no florece la primavera.

Nos preocupa su desgracia, que se ve peor cuando contemplamos la desnudez de sus montañas, las gargantas secas de sus ríos, y el reverberar del sol sobre el camino sin sombra cubierto de polvo inerte y convaleciente.

Haití necesita agua, mucha agua, tal vez más que la reconstrucción de sus destartaladas viviendas y edificios públicos. Y como el agua es vida, y donde no hay árboles no hay agua, una simple ecuación de lógica. Haití necesita plantar árboles y a Rep. Dominicana le convendría más que cualquier cosa, por lo que debemos ayudar a reforestar las montañas de Haití.

El Art. 15 de nuestra nueva constitución dice: El agua constituye patrimonio nacional estratégico de uso esencial para la vida. El consumo humano del agua tiene prioridad sobre cualquier otro uso. El Estado promoverá la elaboración e implementación de políticas efectivas para la protección de los recursos hídricos de la Nación.

Como somos una isla indivisible, que compartimos el mismo régimen pluvial, el mismo ecosistema, es mandatorio constitucionalmente, ayudar Haití a recuperar sus bosques, lo más rápido posible. Y con ello ir eliminando las causas por las cuales los haitianos depredan sus bosques y los nuestros cuando tienen la mínima oportunidad de hacerlo.

Con la ocurrencia del Terremoto del 12 de enero, los haitianos se verán más necesitados de recurrir a la tala de árboles para obtener combustible, al salir en avalancha hacia sus ciudades y campos. Y una buena parte que vendrá buscando refugio y sustentos a nuestro territorio, lo que es entendible, frente a su desgracia.


Haití necesita un cambio de cultura culinaria, y ahora es el mejor momento de impulsarlo, con el otorgamiento de estufas de gas como sustitución de carbón natural, lo que le facilitaría la situación con las donaciones de alimentos crudos, ya que no se podrá mantener por mucho tiempo, ni por mucha cantidad, las donaciones de alimentos cocidos.

Convendría instalar grandes viveros en todo el territorio de Haití de arboles, específicamente frutales. Y en nuestras fronteras la siembra de cocoteros y palmas, las cuales al no poder ser utilizada para carbón, no son amenazadas como los demás arboles.

Invertir en la reforestación de Haití, es proteger nuestros bosques, que tendrán la presión de la falta de solución para los haitianos, por lo que debemos presionar para que parte de la ayuda que recibirán los hermanos haitiano, se dedique a recuperar el bosque, y poder producir el agua que necesitan. Y no es una tarea del otro mundo, es tener sentido común, y visión mas allá de nuestras narices. El agua es vida, por lo que sin bosque no hay futuro.

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