sábado, 21 de mayo de 2011

LA POLITICA DEL CAOS.


J. Osiris Mota. 20 de Mayo, 2012.

Transitando caóticamente por la avenida 27 de Febrero, me coloco bien para doblar a la izquierda en la Calle Caonabo. Estoy en la línea del frente, el semáforo en rojo, pero pese a ello varios conductores se arriesgan y arriesgan la vida de otros, ignorando el pare.

Cambia el semáforo, y se arma el caos, porque los vehículos colocados a la derecha, por la línea de seguir derecho, impiden que los colocados correctamente puedan avanzar. Cuando logro dar el giro a la izquierda, me encuentro de frente con un autobús de pasajeros, que ante mi desaprobación, recibo insulto y amenaza del chofer y el pícher. Una escena que se repite en toda nuestra geografía.

Nuestros políticos, en su gran mayoría, al parecer se creen que son eternos y necesarios para la existencia misma y si bien es cierto que la democracia es la batea donde se bañan, bien sabido es que la misma se satura y se voltea, revoloteándole la vida a todos.

Muy folklórico verlos en los barrios más pobres, besando viejas y cargando muchachitos, desde regidores hasta senadores, desde alcaldes hasta presidente, y después usted no sabe para que sirven, hasta las próximas elecciones cuando vuelven con las mismas promesas para el montón de cabezas huecas, y fundillos rotos que lo alquilan sin penas y menos glorias, su decisión miserable por una funda de mierda.

Nuestra burocracia es cara y mala, y nos pesa a quienes pagamos impuestos. En el congreso, no se leen bien los proyectos, no tienen tiempo para creerse los más valorados ciudadanos, que irrespetan a los contribuyentes y a ellos mismos porque nunca prestan atención ni siquiera a sus propios compañeros de fortuna y tradición.

Que lastima decir que no podemos sentirnos bien y menos orgulloso, porque usted no encuentra una sola institución que funcione con métodos eficientes, claro, y transparente y ni siguiera que lo intenten, para hacernos creer que podemos alimentar esperanzas.

Algo debemos hacer, porque no sé cuando estallara la burbuja o por cansancio o por tanto joder, porque lo grave es que no será por conciencia, ya que los malos se han robado la cosecha de sueños, y nos han dejado sin utopía, para ver conscientemente, el mejor camino a seguir para construir una mejor sociedad de derechos y deberes, porque una buena mayoría, está en la vocinglería, esperando el tuno para cosechar, lo que una partida de aventajados tiene secuestrado.

Esto duele más aun cuando somos impotentes, y nos ha ganado la rutina cotidiana que nos envuelve acotejándole la almohada a los forajidos pretendiendo que nos ayuden a subir a la cima del erario para que luego les sirvamos de centinela a sus capitales mal habido. Hasta ahora, es lo que ha sucedido, desde que tengo memoria y aprendí a escuchar los cuentos y amontonar las esperanzas.

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