
Ahora con Sandy, hablemos de seguros.
J. Osiris Mota
26 de Oct. 2012.
J. Osiris Mota
26 de Oct. 2012.
Vamos hablar de seguros, cuando aun estamos bajo la lluvia de Sandy, y
aunque aun le tememos mas a los fuertes vientos huracanados, son las
inundaciones que nos hacen más daños a nuestros bienes, muebles e inmuebles, también nos
erosionan la tierra, haciéndola cada vez menos productiva, pero que también
están siendo más frecuentes y en todos los tiempos, ocasionando muchas
pérdidas.
Es cierto que el seguro, esta mas bien estructurado para quienes tienen
bienes, los cuales pueden ser destruidos por la naturaleza o por los errores o
maledicencia de los humanos, pero son precisamente los mas débiles quienes le
cuesta más la pérdida de sus intereses, como para una familia pobre la pérdida
del padre o la madre que ponen el pan en la mesa.
El seguro se convierte en un servicio social, cuando garantiza la
continuidad de la producción de una empresa, por lo que ella significa para sus
empleados, como también para los consumidores de su productos o servicios, sin
dejar de lado, el patrimonio de sus accionistas, y sus ingresos producto de los
resultados constante de una operación continua de la institución.
El país cuenta con un mercado asegurador fuerte y bien servido, con la
capacidad de garantizar las coberturas que requiere el empresariado y los sectores económicos,
como también de poder cubrir las pérdidas
de las estructuras del Estado, si este demandara el servicio tan necesario como
para garantizar su reconstrucción inmediata.
Somos de los países en desarrollo, que menos pagamos por seguros por
personas, teniendo más del 70% de nuestras inversiones sin las coberturas
adecuada para enfrentar los riesgos de pérdidas que son cada vez más frecuentes.
Cada ano tenemos muchas propiedades que se pierden, tanto en el sector privado
como del Estado, que no se pueden reconstruir por falta de recursos. Lo que no ocurriría
con tener la previsión de adquirir las coberturas correspondientes.
Es tiempo, que tomemos conciencia de la necesidad de tener un buen seguro,
cuando hacemos inversiones que nos han costado sacrificio en obtener, y son muy
frecuente los fenómenos atmosféricos, pero también las inconductas de los
humanos, y es mejor tener un seguro y no necesitarlo que necesitarlo y no
tenerlo. Manos a la obra.